Cómo escriben


JAMES SALTER (1925-2015)


"Lo mejor y lo peor del oficio de escritor es el tener que hacerlo. Cualquiera te responderá lo mismo. O haberlo hecho y haber fallado. Mi piano todavía suena afinado y me gustaría hacer sonar una última nota. Ya saben, los escritores nunca se retiran. El único modo de detenerlos es arrastrarlos afuera y pegarles un tiro... 



CLAUDIO MIRANDA (1959-)

El cuento por su autor (Suplemento Verano 12 - Pagina 12 - 07/02/2023)



Un célebre cuentista brasileño dijo una vez que el cuento es siempre mejor que el cuentista. Adhiero a la idea. Cualquier cuento debería poder hablar por sí mismo, prescindiendo de la voz de su autor.

Considero, además – y esto corre por mi cuenta – que el mejor cuento es el que aún no se escribió. Conformarse con la propia obra sería lo mismo que renunciar a soñar. ¿Quién no ha fantaseado alguna vez con escribir un cuento “magistral”, dicho esto en el sentido que el maestro Isidoro Blaisten le asignaba a esa mágica palabrita?

Será por eso que, una vez concluidos, mis cuentos pasan a formar parte de una carpeta especial en mi notebook, a la cual sólo accedo cuando se presenta la oportunidad de publicar, pero nunca, o casi nunca, con el afán de su relectura.

Sin embargo, de ellos, más que los detalles de sus contenidos, tengo presente las circunstancias que rodearon su gestación, todas ellas emparentadas con el oficio de escribir, siempre acechado por fantasmas, miedos e incertidumbres.

De “La Promesa” recuerdo que tuvo varios finales. Ninguno me terminaba de convencer del todo. Fue una situación bastante estresante que se prolongó por varios meses. Una especie de laberinto del que costó salir, hasta que una mañana me levanté con el actual final en la cabeza. Sólo Dios sabe si fue una decisión acertada.

La historia nació del algo me sucedía a menudo en la adolescencia con novias, amigos y demás afectos. Sabía que en algún momento la vida nos llevaría por caminos diferentes, caminos que tal vez jamás volverían a cruzarse. Cada encuentro entonces adquiría la intensidad de un adiós, de una despedida.

Este relato es, en definitiva, un intento de reencontrarme mucha de esa gente perdida, entre ellos, por supuesto, mis compañerxs de la escuela secundaria desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.





STEPHEN DIXON  (USA - 1936-2019)




"Trato de terminar una página al día. Así, por lo general, tengo unas 300 páginas escritas al año".
"A veces trabajo en una página manuscrita durante dos o tres dí­as, hasta que siento que el resultado me satisface. He llegado a reescribir una sola página hasta 50 veces, pero no es algo que me suceda a menudo. Lo difí­­cil al reescribir una página tantas veces es mantener la espontaneidad de la primera versión del texto".
Stephen Dixon
Los editores me dicen: "No sabríamos cómo venderte". Eso está bien. No quisiera que nada distraiga o destruya el placer más grande que tengo en la vida, que viene de escribir. Sé que en los años que me quedan estaré escribiendo. Hasta el día en que me muera. Tendrán que despegar los dedos del teclado de la máquina de escribir para deshacerse de mí.



CLAUDIO MIRANDA (Argentina - 1959- actualidad)

1) No hay una hora mejor para escribir. En todo caso, lo que hay que aprovechar es el momento del día con el que contamos mayores energías. En mi caso, es la mañana, bien temprano, si no salió el sol, mejor. Después, con el paso de las horas, la vida, como un vampiro implacable, me va chupando la sangre y me quita hasta las ganas de respirar.
2) No existe un lugar ideal para escribir. Él famoso estudio dentro de la casa, alejado del molesto ruido familiar, para mi es un mito. Un amigo mío, escribía en un sucio vagón del tren roca, ramal Plaza- Lomas de Zamora, en plena hora pico, y les puede asegurar que allí le salieron sus mejores cuentos. Depende de cada uno. Algunos prefieren el silencio o la música, otros el caos.
3) Es una mentira grande como una casa que sólo se puede escribir a través de dos elementos: el ordenador y un lápiz. Una tarde mi esposa me vio perdido en mis pensamientos, abstraído en el décima galaxia y me preguntó en qué pensaba y si me pasaba algo. Por la voz la noté muy angustiada. Me llevó un tiempo aterrizar de nuevo en la tierra. Cuando lo logré, respiré profundo y le respondí: "No pienso en nada". "No me pasa nada". "Sólo estoy escribiendo". Ella quedó más angustiada que antes. Pero es cierto, se escribe con la cabeza. El primer filtro que debe pasar la historia y más tarde, las palabras, es el propio bocho. Luego es sentarse en la compu y es como si alguien te dictara.
4) No creo en la inspiración. Sólo trabajo y perseverancia. El culo aplastado en una silla. Sí reconozco que existen días especiales, donde las cosas parecen fluir con cierta naturalidad.
5) No se enseña a escribir. En todo caso, existen herramientas que ayudan a que una historia pueda ser mejor contada. De todos modos, nada más decisivo que una cosa: la lectura
6) La corrección es un proceso que habría que mantener bien diferenciado de la escritura. ¿En qué se diferencian? La escritura es una práctica acotada a un tiempo, corto o largo. La corrección es eterna.
7) No pierdan el tiempo haciendo anotaciones en papeles, servilletas, libretas, cuadernos. Ahorren plata y energías. Si las ideas son buenas, perduran.
8) Salvo que uno escriba por encargo, un sólo verbo debería borrarse de la cabeza mientras se escribe: Publicar. Embarra la cancha. No importa lo maravilloso o lo desastroso que escribas. La publicación de una obra es muchas veces un acto casual, aleatorio, providencial. En todo caso, ya habrá tiempo para pensar en ello. 
9) No hay peor catástrofe para un escritor que el bloqueo. Pero a no desesperarse. A no suicidarse como hicieron algunos. Así como llega, en algún momento desaparece, aunque a veces tarde años o décadas en irse. Mientras tanto, hay muchas cosas para hacer en esta vida.
10) A resignarse. Ya está casi todo escrito bajo el sol.  Lo único que se puede hacer es dar la propia versión de las cosas.
Claudio Miranda



Fredric Brown (1906-1972)



El gran Fredric tenía un método bastante original para escribir. Salía a la ruta, el destino podía ser cualquiera. La ciudad elegida era lo de menos. Eso sí, debía estar algo alejada. Se tomaba un micro y se abandonaba en cualquier asiento, del lado de la ventanilla. Estaba convencido que esos largos y tediosos viajes estimularían su imaginación para crear historias. Fue un escritor muy prolífico, desarrolló numerosos cuentos, novelas y adaptaciones para la televisión y el cine. Hubo un año en que el oriundo de Cincinnati logró escribir tres novelas, algo poco usual en el oficio. Aprovecho esta breve reseña para recomendar una gran cuento de su autoría : "Arena".     




PATTI SMITH


¿Por qué escribo? Mi dedo, como un lápiz óptico, traza la pregunta en el aire vacío. Un acertijo familiar que me he planteado desde la juventud, algo que me privaba del juego, de los amigos y del valle del amor, presa de las palabras, siempre un poco desplazada.
 ¿Por qué escribimos? Irrumpe un coro.
 Porque no podemos limitarnos a vivir.

ROBERTO ARLT (Argentina - 1900 - 1942)



Han pasado esos tiempos. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un "cross" a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y "que los eunucos bufen".




ISIDORO BLAISTEN (Argentina - 1933- 2004)




"No me cure la locura doctor, es lo único que tengo"

"A lo mejor escribir no sea más que una de las tantas formas de organizar la locura".

"En general las ideas se me ocurrían cuando espantaba recuerdos o cuando sentado en mi escritorio de ideas jugueteaba con la réplica del puñal de Sandokán, o miraba el fuego en la salamandra o miraba el cielo a través de la ventana".    

JUAN CARLOS ONETTI - Decálogo - 



1. No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.

2. No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.

3. No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.

4. No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.

5. No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar.

6. No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo.

7. No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios.

8. No olviden la frase, justamente famosa: 2 más dos son cuatro; pero ¿y si fueran 5?

9. No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario.

10. No olviden que Hemingway escribió: "Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer."



DALTON TREVISAN  (Brasil - 1925-)




"El cuento es siempre mejor que el cuentista"

"Para escribir el más pequeño de los cuentos la vida entera queda corta"


“Existe el prejuicio de que después de los cuentos uno debe escribir nouvelles y, por fin, novelas. Mi camino será del cuento al soneto y al haiku”


CÉSAR AIRA (Argentina -1949-) 



“Me llegan críticas elogiosas, y de las otras. Tanto en un caso como en el otro puedo decir que es un malentendido. En general, la recepción no me interesa. Para mí todo el interés, y el placer, está en la escritura, y lo que viene después lo dejo en manos de otros. Es el modo de poder seguir escribiendo”.

KJELL ASKILDSEN (Noruega - 1929-)




"Sólo puedo escribir cuando puedo escribir. Hay un largo tiempo de espera hasta que llegue el principio de una historia, aparece en mi cabeza una imagen que tengo que anotar. En ese momento no sé cómo se va a desarrollar el relato, pero lo hace en virtud de lo que ya he escrito. Si las últimas frases del día anterior no resultan satisfactorias, las borro y continúo desde donde me parece bien. No soy ningún crítico (literario), soy un hombre sin estudios, no poseo ninguna de las palabras necesarias para decir por qué algo es bueno. Pero la literatura es el único punto en mi vida en el cual tengo la sensación de estar seguro de mí mismo. Ésa en sí es una buena razón para escribir. Hay algo muy satisfactorio en producir algo que sabes, mientras lo haces, que va a ser bueno, y que, cuando lo has acabado, sabes que es bueno. Entonces no se puede negar que la vida se vuelve un poquito más pobre cuando uno ya no consigue esto."

JORGE LUIS BORGES(1899-1986)



"Mientras escribo me siento justificado; pienso: estoy cumpliendo con mi destino de escritor, más allá de lo que mi escritura pueda valer. Y si me dijeran que todo lo que yo escribo será olvidado, no creo que recibiría esa noticia con alegría, con satisfacción, pero seguiría escribiendo, ¿para quién? , para nadie, para mí mismo."


CLARICE LISPECTOR (1920-1977)

"Tengo miedo de escribir. Es tan peligroso. Quien lo ha intentado lo sabe. Peligro de hurgar en lo que está oculto, pues el mundo no está en la superficie, está oculto en sus raíces sumergidas en las profundidades del mar. Para escribir tengo que instarle en el vacío. En este vacío donde existo intuitivamente. 
Pero es un vacío terriblemente peligroso: de él saco sangre. Soy una escritora que tiene miedo de la  celada de las palabras: las palabras: las palabras que digo esconden otras. ¿Cuales? Tal vez las diga. Escribir es una piedra lanzada en lo hondo del pozo". (De la extraordinaria escritora nacida en Ucrania, que vivió y murió en Brasil, fragmento extraído de su obra un "Soplo de Vida")   


ROBERTO BOLAÑO (1953-2003)



-Nunca debe abordarse los cuentos de a uno, en lo posible de tres en tres, de cinco en cinco, o mejor de nueve en nueve. Si no, se corre la tentación de escribir siempre el mismo cuento hasta el día de su muerte .
-Hay que leer a Quiroga, a Filisberto Hernández, y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo y a Monterroso. 
-Un cuentista que se tenga algo de aprecio, jamás leerá a Cela y a Umbral.
-Repito una vez más por si no ha quedado claro: A Cela y Umbral ni en pintura.
-Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo pero debe ser así.
-Hay que leer a Poe.
-La verdad que con Poe todos los cuentistas tendríamos de sobra.
-Piensen en el punto anterior y reflexionen, aún están a tiempo.
-Libros recomendables: Suicidios ejemplares de Enrique Vila-Matas, Mientras ellas duermen, de Javier Marías.
-Y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado el siglo pasado.


ITALO CALVINO (1923-1985)



Escribo a mano y hago muchas, muchas correcciones. Diría que tacho más de lo que escribo. Tengo que buscar cada palabra cuando hablo, y experimento la misma dificultad cuando escribo. Después hago una cantidad de adiciones, interpolaciones, con una caligrafía diminuta.

Me gustaría trabajar todos los días. Pero a la mañana invento todo tipo de excusas para no trabajar: tengo que salir, hacer alguna compra, comprar los periódicos. Por lo general, me las arreglo para desperdiciar la mañana, así que termino escribiendo de tarde. Soy un escritor diurno, pero como desperdicio la mañana, me he convertido en un escritor vespertino. Podría escribir de noche, pero cuando lo hago no duermo. Así que trato de evitarlo.

Siempre tengo una cantidad de proyectos. Tengo una lista de alrededor de veinte libros que me gustaría escribir, pero después llega el momento de decidir que voy a escribir ese libro.

Cuando escribo un libro que es pura invención, siento un anhelo de escribir de un modo que trate directamente la vida cotidiana, mis actividades e ideas. En ese momento, el libro que me gustaría escribir no es el que estoy escribiendo. Por otra parte, cuando estoy escribiendo algo muy autobiográfico, ligado a las particularidades de la vida cotidiana, mi deseo va en dirección opuesta. El libro se convierte en uno de invención, sin relación aparente conmigo mismo y, tal vez por esa misma razón, más sincero
.



HORACIO QUIROGA (1878-1937)




Crée en un maestro -PoeMaupassantKiplingChejov- como en Dios mismo.

Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia

No tengas fe ciega en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.


No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.

No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino

No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.